El día 2 de enero se festeja el Día de la Toma de Granada, conmemorando que ese mismo día, en el año 1492, los Reyes Católicos recuperaban la ciudad después de siete siglos de dominio musulmán. Boabdil, el último miembro de la dinastía nazarí, fue obligado a entregar la Alhambra y a abandonar Granada. Según la leyenda, cuando iba por un monte, camino de las Alpujarras, se volvió para contemplar por última vez la ciudad que había perdido. Entonces no pudo evitar llorar. Su madre, la sultana Aixa, le dijo la famosísima frase: "
Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre". Desde entonces, esa colina se conoce como "El Suspiro del Moro".
Y como es el día de la Toma, os voy a dejar la receta del té moruno, muy típico de mi Granada. En el antiguo barrio musulmán, el Albaycín, está la zona de Calderería y Calle Elvira, llena de teterías, puestos de dulces marroquíes, tiendecitas de souvenirs (teteras, inciensos, lámparas de estilo árabe...). Allí es posible degustar este riquísimo té moruno o mi favorito, el té tunecino, que además lleva piñones. Esta tetera me la regalaron - hace ya bastante tiempo - mis compañeras de piso, cuando estudiábamos en la universidad. La verdad es que le he dado buen uso, porque me encanta tomar el té con esos vasitos... ¡Me traen tan buenos recuerdos!
Ingredientes (por persona):
- 1 cd té verde en hojas
- 2 cd azúcar
- 1 manojito de hierbabuena
- agua hirviendo
Preparación:
Como se trata de un té muy dulce, la proporción es dos cucharadas de azúcar por cada cucharada de té. Yo recomiendo usar té en hojas, ya que es más aromático que el de bolsita. Ponemos el té, el azúcar y la hierbabuena en la tetera. Vertemos agua hirviendo y removemos para que se disuelva el azúcar. Dejamos infusionar unos minutos y servimos en nuestros vasitos, siguiendo los consejos que doy a continuación. No hace falta filtrar, ya que el té se va al fondo de la tetera.
Consejo:
La primera taza de té no se suele beber, ya que al quedar arriba el agua y abajo el té, la primera taza sale muy "clarucha". Lo que se hace es lo siguiente: el anfitrión vierte una primera taza de té que luego devuelve a la tetera. Después ya sirve el té a sus invitados. De esta forma, el agua de la primera taza de té se mezcla con el resto y ya no sale tan claro. El té también debe servirse desde cierta altura para que burbujee y se oxigene.