Este invierno se presenta bastante frío y con estas gélidas temperaturas por las noches nada más que se me apetece tomar calditos calientes. Esta sopa se ha convertido en mi favorita para cenar. Me resulta un plato muy reconfortante y me encanta tomarlo calentito junto al brasero... No encontraría un plato más adecuado para representar lo que llaman "comfort food".
Se llama corn chowder. Hay muchas variantes de este plato, que puede llevar almejas (clam chowder), pescado, bacon, maíz... siendo la base siempre un caldo espeso a base de patatas y leche o nata.
Su origen se remonta al siglo XVIII, en la zona de Nueva Inglaterra y Terranova, donde los pescadores echaban al caldero lo que tenían a mano para hacerse un caldo espeso y contundente: marisco, algunas verduras, cerdo salado, leche y unos trozos de pan duro. De hecho, la palabra chowder viene del francés "chaudière", que hace referencia al caldero donde se cocinaba.
Ingredientes:
- 1/2 cebolla
- 2 patatas
- 1 lata pequeña de maíz
- 4 barritas de surimi
- caldo de verduras
- nata
- 1 cd harina
- aceite y/o mantequilla
- sal
Preparación:
Ponemos en una cacerola un trocito de mantequilla y un chorrito de aceite (si se prefiere, solo aceite). Cuando esté caliente, incorporamos la cebolla muy picadita y dejamos que se cocine hasta que esté transparente. Espolvoreamos la harina y freímos un poco.
Vertemos entonces un poco del caldo y removemos para disolver los grumos de harina. Agregamos el resto del caldo y las patatas cortadas a cubos pequeños, rectificamos de sal y dejamos cocer hasta que las patatas estén hechas.
Echamos media lata de maíz en la olla. La otra media la ponemos en el vaso de la batidora junto con un cucharón de caldo y unos trozos de patata cocida. Trituramos y lo vertemos a la olla junto con el surimi cortado a rodajas y un buen chorreón de nata. Dejamos calentarse todo junto y servimos caliente.