Aunque parezca una mezcla extraña, la combinación del calamar con salsa de chorizo queda - aparte de curiosa - sumamente deliciosa y la mezcla picante-dulce-ácida de la salsa le da esa chispa que le faltan a los calamares! (Hasta hace poco los calamares eran mi peor enemigo... Jejeje!)
Para esta receta he usado un aceite de oliva excepcional, gentileza de Mueloliva. Se trata de un aceite de oliva virgen extra de categoría superior, procedente de aceitunas de la variedad picuda, el tipo de aceituna más emblemático de Priego de Córdoba. Su sabor es, tal y como describe la botella, así: "notas de hierba y frutas como plátano o manzana, con matices de almendra verde y tomatera. En boca la entrada es dulce, con ligero amargo y picante en progresión". Tiene un color oro precioso... No en vano, ha ganado el Premio de Oro en el Concurso Internacional de Aceites de Oliva 2013.