Acabo de pasar un buen (o más bien, mal) rato comiéndome unas grageas Bertie Bott's de todos los sabores como las que salen en los libros y películas de Harry Potter. Posiblemente recordéis la escena en la que Dumbledore acepta volver a probar una Bertie Bott's, a pesar de haber tenido una mala experiencia en su juventud con una de sabor a vómito, y en esa vez le toca una de ¡cera de oído!
Ha sido súper divertido porque ha sido en plan "reto", todas las grageas alineadas en pares, sin saber a qué saben, a ver qué le toca a quién y he aquí mi experiencia... Por cierto, he sobrevivido...